AURORA MATEOS: ARTÍCULO 153

La violencia contra la mujer no conoce fronteras sociales, ni económicas, ni culturales. Todas estamos expuestas a la posibilidad de maltrato físico y psicológico de parte de quien no lo esperábamos, incluso del mejor tipo que conocemos. El artículo 153 es una obra de todas y cada una de nosotras. Esta es la historia de una amiga que conozco bien, la que protege a los demás, la que se pasea por los juzgados como en casa. Es la historia de una de las protectoras frente a la protegida. Aunque está inspirado en hechos reales, no es ni más ni menos que un alegato sobre la vulnerabilidad. Ella eres tú. Ella soy yo.

Artículo 153

1. El que por cualquier medio o procedimiento causare a otro menoscabo psíquico o una lesión de menor gravedad de las previstas en el apartado 2 del artículo 147, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando la ofendida sea o haya sido esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o persona especialmente vulnerable que conviva con el autor, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en beneficios de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el juez o tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.

2. Si la víctima del delito previsto en el apartado anterior fuere alguna de las personas a que se refiere el artículo 173.2, exceptuadas las personas contempladas en el apartado anterior de este artículo, el autor será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento de seis meses a tres años.

3. Las penas previstas en los apartados 1 y 2 se impondrán en su mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de menores, o utilizando armas, o tenga lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se realice quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Código o una medida cautelar o de seguridad de la misma naturaleza.

4. No obstante lo previsto en los apartados anteriores, el Juez o Tribunal, razonándolo en sentencia, en atención a las circunstancias personales del autor y las concurrentes en la realización del hecho, podrá imponer la pena inferior en grado.

 

 

ARTICULO 153

De AURORA MATEOS

Manuela, una abogada en ejercicio, entra en una oficina para hablar con su cliente.

MANUELA.-(Le extiende la mano, deja el maletín sobre la mesa) Buenas tardes. Soy Manuela Cid, su nueva letrada. (Abre el maletín y saca unos documentos). Usted es…(mira los papeles de nuevo) Dolores Rodríguez, ¿verdad? (SILENCIO) Es un placer conocerla.

(PAUSA).

MANUELA.-Soy la tercera de sus abogados, ya lo sé. Déjeme confesarle que he sido yo la que he pedido venir aquí y le he cambiado mi turno de oficio a un colega. Yo estaba en la cafetería del juzgado y sus anteriores abogados estaban comentando el caso…estaban indignados con usted… y entonces me ofrecí. Ellos estaban juzgando su comportamiento como si fueran los jueces. (SILENCIO). Y yo decidí hacerme cargo. ¿Sabe por qué? Porque soy la única aquí puede entenderla.

 (PAUSA)

MANUELA.- La policía tiene las pruebas, pero necesitamos su testimonio. Pero usted, eso lo sabe ya de sobra, ¿no? no le comento nada nuevo. (Silencio). Todos le han dicho que  no puede seguir encubriéndole. Todos se exasperan con usted y le repiten, ¿cómo es posible?

(PAUSA)

MANUELA.-Yo le admiro, porque hay que tener muchas agallas para querer tanto a un hombre.

(PAUSA)

MANUELA.-(Saca del maletín unas fotos) Procedamos. Esto le pasó a usted. ¿A que no se lo cree, a que si? Pues éste brazo era suyo, y suyos los moratones; ésta su cara,  marcada de lado a lado; éste es su cuello, con signos de estrangulamiento, y finalmente su espalda con sus lunares de nacimiento y unos adornos hechos por la ira. No lo dude, ésta es usted, y  éste es el parte del forense que dice que es usted, con su nombre, sus apellidos y su DNI. Nadie se ha equivocado de carpeta (SILENCIO). Desafortunadamente.

(PAUSA)

MANUELA.- (Saca el Código Penal) Y ahora no tengo mas remedio que leerle el artículo 153 del código penal: “El que por cualquier medio o procedimiento causare a otro menoscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este Código, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando la ofendida sea o haya sido esposa, o mujer…” ¿quiere que siga? (En una mano tiene el código, en la otra las fotos) Si esto y esto se juntan, el resultado son los médicos, el fiscal, el juez, y yo. Lo siento mucho, de verdad.

(PAUSA)

MANUELA.-Los documentos contienen mucha información, como que los dos son profesores en un instituto en  Valdemoro, que no tienen deudas, ni tienen hijos. Que se casaron hace tres años. Pero aquí no está escrito que Miguel Osuna, su legítimo esposo, es el único hombre al que usted es capar de amar.

(PAUSA)

MANUELA.-Alguien diría que el amor que le tiene no es un hecho de la causa y no tiene nada que ver con el asunto, pero eso no sería cierto.

(PAUSA)

MANUELA.-Sé que las amigas íntimas a las que se lo contó, ya no le hablan porque están enfadadas con usted. Ya ni la invitan a la fiesta de cumpleaños de sus hijos y huyen de usted como de la peste.

(PAUSA)

MANUELA.-No se lo ha contado a nadie más. ¿Verdad?

(PAUSA)

MANUELA.-Dolores, la gente que trabaja en la justicia, termina desarrollando un cierto complejo de superioridad en menor o mayor grado. Le pasa también a la estirpe de médicos y psiquiatras. (Silencio) Puede ser que uno empiece siendo alguien normal, pero con el tiempo, la función de tener la vida de los demás en las manos, como si uno fuera el alfarero que trabaja para Dios, termina confundiendo.

(PAUSA)

MANUELA.-Usted declaró que la asaltaron en su propia casa. Pero ni robaron ni forzaron la cerradura. Se inventó incluso la descripción del sujeto: rubio, alto y ojos azules…vamos, Paul Newman venido del otro mundo. Nadie se lo cree, claro…

(PAUSA)

MANUELA.-Usted piensa que es su culpa, se odia a si misma por haberle provocado y haber puesto su matrimonio en peligro. Porque ahora, lo que esta pasando en este momento no es el procedimiento penal, sino la sentencia que podría condenarla a no estar nunca más con él.

(PAUSA)

MANUELA.-Pero volvamos a los papeles. La policía se ha tomado muchas molestias. Como usted no suelta prenda, le hubieran dejado en paz en seguida y se hubieran ido a investigar algún traficante de calle; pero no, los agentes han hecho un buen trabajo, y no han dejado las cosas a medias. Sólo me cabe ser mal pensada y creer que uno de los oficiales tiene a su hijo en ese Instituto y ha indagado más de lo que se hace en estos casos.

(PAUSA)

MANUELA.-Sigamos leyendo (mira el dossier). Todos los compañeros hablan muy bien de su marido, pero particularmente María Núñez, la profesora de ciencias, cuya declaración me ha llamado la atención: “Miguel Osuna es el mejor hombre sobre la faz de la tierra”. ¿Es esta la amiga de su marido? ¿Se acuestan o no? no? ya veo. Vi la foto de María en google, y la pobre es bastante fea, pero como está sola, es bastante dependiente de su marido para todo. ¿No? y usted se enfada y le entran celos. A lo mejor se han acostado alguna vez, pero eso no importa porque usted sabe que a él ella no le gusta en realidad.

(PAUSA)

MANUELA.-Continuemos (lee el expediente). Aquí dice que Miguel Osuna está metido en política y que le  han ascendido y que va a ser el nuevo Director del Instituto. Eso quiere decir que ahora todo el mundo le está  haciendo la pelota, ¿no? sobretodo porque es un tipo muy popular, que le encanta hacer favores, que tiene simpatía a raudales, y le gusta hacerse querer…por lo cual usted prefiere no hablar porque tiene miedo que nadie le crea.

(PAUSA)

MANUELA.-Por todo lo dicho, concluimos que usted está sola. SO-LA.

(PAUSA)

MANUELA.- No, no voy a parar. Usted dentro de un rato sale de aquí y hará lo que quiera, pero ahora, nos han dado quince minutos para hablar y los vamos a aprovechar. Quedan (mira el reloj) poco más de tres minutos.

(PAUSA)

MANUELA.-La noche de autos, cuando ocurrieron los hechos, habían estado en una función del Instituto. Los chavales montaban una obra que su marido dirigía. Poco después de volver a casa, tuvo lugar la agresión.

(PAUSA)

MANUELA.-María estuvo muy cariñosa con él, le abrazó para felicitarlo, le dijo piropos delante de todo el mundo como si él le perteneciera, ninguna gran cosa, le dirían algunos,  pero usted se enfadó y mucho, ¿no es así?

(PAUSA)

MANUELA.-Se puso histérica, no había manera de calmarla. A usted le salía fuego de su alma, no hace falta ni insultos, ni bajezas, a usted le dolía hasta el aliento; y a él se le fue la mano, sólo eso. Y si no hubiera tenido que ir a urgencias, las heridas se hubieran curado como otras veces.

(PAUSA)

MANUELA.-Pero el articulo 153, se calla lo mas importante…¿Cómo va usted a vivir sin él, si él es lo que más quiere en el mundo? Miguel son sus manos y sus pies, y sin él usted no puede ni andar ni comer. Si el artículo 153 le condena, le estarían condenando a usted y no a él. Y eso no es justicia.

(PAUSA)

MANUELA.-Yo soy Manuela Cid, su abogada. Hablo cinco idiomas, y he estudiado en el extranjero. Tengo varios masters, y vengo una buena familia, no por el dinero, sino por lo buenos y cariñosos que son, que lo han sacrificado todo para darme una carrera. Estoy casada y tengo un niño de casi un año, los cumple en enero.  Me gano bien la vida, y ante todo el mundo, soy una mujer de suerte.

(PAUSA)

MANUELA.- (Se quita la camisa y enseña la espalda llena de moratones) Y ahora dígame usted, Dolores, ¿Qué hacemos con esto?

 

TELON

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