Lo obsceno

Aunque pueda haber opiniones para todos los gustos, la raíz de la palabra “drama” es la griega Draw (leída: drao) que significa: hacer, actuar. Es así que el arte dramático alude a todo género que narra historias, fundamentalmente, por medio de las acciones. Quizás fuera el cine mudo el medio más puro de esta manera de entender el arte dramático, puesto que el propio Eisenstein, en su teoría del montaje de atracciones (ideado en sus primeros momentos para el teatro y no para el cine), no veía otra cosa en el corazón del drama que un choque violento de acciones. Una atracción.

Y una atracción no es más que una acción. Una acción de una determinada naturaleza que atrae la mirada del espectador y que, en cierto modo, tiene cierto componente obsceno.

Pero ¿cuál es la característica de lo obsceno? El guionista Ring Lardner jr. (uno de los famosos Diez de Hollywood) comenta que, mientras ensayaban una obra en Princeton, el director preguntó a uno de sus asesores si la escena que estaban montando le parecía “obscena”. El asesor respondió que no pero que, si lo deseaba, sabía cómo convertirla en obscena.

Así pues, el guionista de “La mujer del año” demuestra que lo obsceno es un carácter que tiene mucho que ver con el fondo mismo del arte dramático y, por supuesto, uno de sus motivos más atractivos.

Obsceno, para variar, deriva de otra palabra griega: skenh (leída: skené) que alude a que aquello que debiera estar oculto, sale a la luz. La palabra skenh no significa “escena” ni nada semejante, sino que se refiere al espacio, la mayoría de las veces un carromato o una cabaña, que, a modo de camerino servía para que los actores se cambiaran de ropajes, maquillajes o aderezos y, lógicamente, se desnudaran. Pero también, esa skenh, esa cabaña, era, por el lado que daba a los espectadores, un decorado que representaba el palacio del rey, el ágora o el lugar sagrado: el espacio principal de la obra, oculto a los espectadores que sólo veían de ese palacio o templo sólo su fachada.

plano teatro griego

Curiosamente, dentro de ese espacio era donde, narrativamente, tenían lugar los hechos más atroces de las obras: los  actos obscenos narrativamente hablando: Edipo sacándose los ojos, Yocasta o Antígona suicidándose deshonrosamente etc. Esos hechos no eran nunca mostrados al público, pero sí eran narrados, eran acciones necesarias para el desarrollo de la acción y ocurrían en un lugar determinado: estaban ubicados en un lugar de la narración: fuera de escena. Estaban ubicados en el interior de la skenh.

Todas las acciones que, en la narrativa griega clásica, debieran ocurrir en ese espacio acotado que era la skenh y, sin embargo, ocurrían  a la vista del espectador, fuera de esa cabaña, era ob-skené. Es decir: obsceno.

Así pues, una de las normas que debía cumplir un dramaturgo clásico era no ser obsceno. Y así ocurrió en las diferentes y demasiado cortas etapas clásicas del arte: en la Atenas de Pericles, en el Madrid del siglo de Oro o en Los Ángeles del cine clásico de Hollywood.

Por supuesto, las implicaciones de lo obsceno, para los griegos, eran, sobre todo, narrativas, pues estas acciones interrumpían el transcurso del desarrollo de la acción, pues tenían un atractivo demasiado poderoso. Lo obsceno no es que estas acciones tuvieran lugar en la obra, sino que tuvieran lugar fuera de su lugar.

Así pues la skenh es un lugar simbólico. El lugar donde se cargan las pilas del relato, pero un lugar que puede causar un cortocircuito al relato.

Quizás sea ésta una curiosa manera de entender la historia del arte según se sea más o menos clásico; más o menos obsceno.

Las obras aquí reunidas bajo este lema de TEATRO OBSCENO tienen como nexo de unión que todas son, en mayor o menor medida, obscenas. FLOTANDO EN EL ESPACIO se escribió con motivo de un encargo que el CENDREV realizó al autor para escribir una obra que fuera estrenada por un elenco formado a partes iguales por actores portugueses y españoles. La obra fue producida y estrenada en Évora en 2010, donde se exhibió a lo largo de un mes para después realizar gira por diferentes teatros españoles.

DE PUTAS fue estrenada en La escala de Jacob en 2011 pero fue luego objeto de otra producción en Bolivia, en La Paz, en 2013. La obra tiene el subtítulo de “pasarela para dos actrices” aludiendo a las famosas pasarelas de moda.

THEBAS MOTEL ha sido muchas veces publicada y estrenada, así como traducida a diferentes idiomas. Es, quizás, la más obscena de todas las obras y, además, es la primera de las obras que escribí. Transcurre toda ella en el espacio cerrado de una habitación de motel y suscribe, adaptada a tiempos modernos, la misma historia de Edipo y Yocasta.

Y, por último, MILAGRO, una obra que ha sido también montada en diferentes versiones y en ciudades como Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, Nueva York, Madrid y Zaragoza o París. Podríamos convenir en que la obra es una exploración meticulosa de todos aquellos rincones obscenos o donde pueden ocurrir obscenidades dentro de una casa de clase media en el primer mundo.

Todas estas obras, además, reflexionan sobre algunos motivos de enfrentamientos sociales, unos de nuevo cuño y otros pertenecientes a la más vieja tradición de conflictos que el ser humano ha concebido a través de los siglos, pero también todos estos textos construyen una reflexión acerca de la obscenidad como constitutiva del texto teatral.

Es decir: todas estas obras son obscenas.

LUIS MIGUEL GONZÁLEZ CRUZ

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Teatro obsceno se puede encontrar en http://www.teatrodelastillero.org/editorial/tea-obsceno.html

Pedidos: libreria@teatrodelastillero.org

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