Incluye Auto de los Reyes Magos (Anónimo S. XII) y textos de varios autores barrocos.
El próximo 21 de septiembre el CCTC inaugura su temporada con un texto inusual. AUTO DE LOS INOCENTES, de Pedro Víllora, une la creación propia con la dramaturgia del texto clásico para hablar del presente a partir de la lección del pasado. La obra está dirigida por José Carlos Plaza.
La obra permanecerá en cartel en el Teatro de la Comedia, sede del CNTC, hasta el 21 de octubre.
Auto de los inocentes no es una obra original, aunque tres cuartas partes del texto sean de nueva creación. Tampoco es exactamente una adaptación, pese a que incluya el Auto de los Reyes Magos, tres piezas del Romancero viejo y sendos fragmentos del Auto de La vida es sueño, de Calderón, y del Auto del Hospital de los locos, de Valdivielso. Es un encuentro de dos tiempos por medio del teatro: el presente trágico de los refugiados (exiliados, desclasados, marginados, víctimas de una violencia que no se sacia), y el carácter ejemplar, aleccionador, a veces sanador y tal vez ilusionante de las creaciones artísticas.
La obra nació del deseo del productor, Celestino Aranda, de trabajar sobre la visión de la adoración en el teatro. Eso permitía acudir al Auto de los Reyes Magos, inicio del teatro español. Lo curioso es que tanto José Carlos Plaza como yo, aunque por separado, comentamos a Aranda la necesidad de situar este breve y singular poema dramático en un contexto social próximo. Dado que las mujeres de un pueblo extremeño, Peñalsordo, hicieron un auto para agradecer a Dios que sus hijos hubiesen regresado vivos del frente tras la Guerra Civil, se me ocurrió llevar los Reyes Magos a la posguerra. Plaza, más audaz, planteó los actuales campos o centros de refugiados.
Aceptada esta premisa, había que construir toda una historia y unos personajes que justificasen dramatúrgicamente la inserción del Auto de los Reyes Magos. Fueron surgiendo algunos seres que rodean al relato evangélico: los ángeles y arcángeles que advierten, vigilan y protegen, y los Santos Inocentes que sufrirán las consecuencias del Mal. Estos últimos eran obvios: las víctimas, en especial los jóvenes; aquellos a quienes los Herodes contemporáneos impiden el desarrollo de sus potencialidades, su crecimiento físico y espiritual. Y los ángeles eran quienes se ocupaban de ellos: los voluntarios, los miembros de ONG’s, los que entregaban su tiempo al cuidado de estos desconocidos.
Nuestro campo de refugiados no se parece a ningún centro existente, de la misma manera que nuestra obra no es teatro documento sino un cuento que incluye otros cuentos en su interior. Es un lugar donde hay educadores que utilizan romances y autos para acercar a las víctimas a la cultura de España, el país que los acoge, y que durante tanto tiempo fue habitado por judíos, musulmanes y cristianos que concibieron leyendas conjuntas. Y también los usan para hablarles de los Vicios y las Virtudes, del sentido de la Culpa, de las miserias del Género Humano, de las flaquezas del Alma, de la Locura individual y colectiva, de la lucha por el Poder, de las fuerzas y elementos que se dividen el Mundo, del Albedrío y las opciones de elegir, del Hombre y del Destino…
Fueron apareciendo así un educador, una doctora, dos ayudantes, incluso un político… todos ellos responsables del funcionamiento del campo y cada uno con su historia personal de dolor y superación. Y con ellos los refugiados: el muchacho rico y educado en los mejores internados que de repente se ha quedado sin familia, país ni medios; la joven mil veces violada en su travesía por el horror; los hermanos más o menos traumatizados por la muerte de la madre en su huida, y cuyo padre es testigo de la regresión de unos países que hace no tanto conocieron más derechos y libertades… Y también los que saltan las vallas, los que caen en la barbarie, los que han perdido la esperanza, los que aún conservan ilusiones, los que encuentran una estrella que los guía…
El cuento fue creciendo mientras al campo llegaban cada vez más dolor y más espanto. Nuestros Ángeles tenían que vérselas con demonios poderosos del círculo de Herodes y Luzbel. Los Magos recurrían a la Ciencia, al Saber y a la Experiencia; y el Teatro, la Literatura y la Poesía se afanaban por restañar la Inocencia profanada. De la mano de Calderón, de Valdivielso y de los otros autores cuyos nombres ignoramos, José Carlos Plaza y yo hemos concebido este Auto de los inocentes que se abre con dos citas que vale la pena consignar aquí. La primera es del Evangelio de San Mateo: “Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo»”. La segunda, proveniente del Preámbulo de la Constitución Europea, hace referencia a aquello que nos identifica y nos impulsa; es decir, a “la herencia cultural, religiosa y humanista de Europa, a partir de la cual se han desarrollado los valores universales de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de Derecho…”.
Estos principios han sido nuestra guía, nuestra estrella, aunque no necesariamente de Navidad.
PEDRO VÍLLORA
Publicado originalmente en
http://abcblogs.abc.es/barrio-letras/2018/09/18/autocritica-de-auto-de-los-inocentes/
¿Por qué y en qué contexto representar hoy El auto de los Reyes Magos?
Este texto anónimo, basado en el Evangelio según San Mateo, es considerado como la primera obra teatral castellana. Su argumento cándido y de escaso desarrollo muestra una ingenuidad y una delicadeza extraordinarias. En esta pequeña obra de arte ya se plantean los temas del poder, y se entremezclan ciencia, magia y diversas interpretaciones que se dan a las anomalías de la Naturaleza.
Pero de este auto lo fundamental no es su argumento, ingenuo y previsible, sino el nacimiento de una nueva forma de literatura dramática. El placer que proporciona ir descubriendo cómo un lenguaje va desarrollándose ya es de por sí una razón inapelable. El auto representa además la ilusión. Mantiene que sea cual sea la circunstancia existe la esperanza de alcanzar algo de respeto, de aliento o al menos de calor humano. Esperanza que es siempre necesaria, pero en determinadas circunstancias es un imprescindible bálsamo para el dolor: poder creer en un futuro mejor.
De ese convencimiento ha nacido la necesidad de colocar el auto en el peor de los ambientes posibles que, vergonzosamente, aún existe en pleno siglo XXI: un campo de refugiados. Campo hipotético pero profundamente real donde la deses- peranza y la injusticia destrozan la inocencia de unos seres que desde un pasado desolador viven un presente mísero esperando un futuro oscuro y desconocido.
Estar con ellos y darles un mínimo de amor para tratar al menos de despertar un atisbo de ilusión es la raíz de El auto de los inocentes, en el que el de los Reyes Magos tiene lugar.
JOSÉ CARLOS PLAZA
AUTO DE LOS INOCENTES
Madrid
Teatro de la Comedia
Sala Principal. Del 21 de septiembre al 21 de Octubre de 2018
Encuentro con el público. 4 de octubre de 2018Duración del espectáculo: 1 hora y 55 minutos aproximadamente
Reparto
Por orden de intervención:
Fernando Sansegundo (Khalid/Género humano/Baltasar)
Israel Frías (Juan/Luzbel/Herodes)
Pepa Gracia (Julia/Culpa/Poder/Melchor)
Montse Peidro (Iris/Gula/Amor/María)
Sonia Gómez Silva (Aida/Carne/Sabiduría/Rabí 1)
Jorge Torres (Pablo/Mundo/Gaspar)
Sergio Ramos (Hami/Género humano/Tierra)
María Heredia (Laila/Envidia/Agua)
Javier Bermejo (Nordin/Género humano/Fuego)
Amanda Ríos (Hamia/Alma/Aire)
Álvaro Pérez (Omar)
Eduardo Aguirre de Cárcer (Yusef / Músico)
Pablo Rodríguez (Refugiado / Rabí)
Audiovisuales
Antonio Mateo
Viridiana Galindo
(Pulse Creativa)
Creación musical
Eduardo Aguirre de Cárcer
Vestuario
Pedro Moreno
Escenografía e iluminación
Francisco Leal
Dramaturgia
Pedro Víllora
José Carlos Plaza
Dirección
José Carlos Plaza
Coproducción
CNTC / Faraute
Un comentario en “Pedro Víllora y la creación de AUTO DE LOS INCOCENTES”