Compañera de viaje de muchos de los miembros de El colectivo del texto, Angélica Lidell siempre nos ha fascinado por su capacidad de revulsión y de situar su teatro siempre un paso más allá de los últimos límites. Ahora, acojemos con alegría y tristeza esta distinción que le viene desde Francia. Alegría, como recompensa por un trabajo siempre difícil. Tristeza, porque Francia se ha convertido en un exilio artístico para nuestra amiga Angélica. Recogemos aquí la noticia de su nombramiento como Chevalier de las Artes y de las Letras de Francia, esperando verla pronto sobre tan ilustre montura.
El 15 de noviembre de 2017, el embajador de Francia en España, don Yves Saint-Geours, concedió las insignias de Caballero de las Artes y de las Letras a la escritora, directora y actriz española Angélica Liddell, en la Residencia de Francia en Madrid.
En su discurso, el embajador elogió a Angélica Liddell por su carrera: varios de sus libros se tradujeron al francés y su obra fue premiada en varias ocasiones (recibió por ejemplo el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2012). Francia quiso honrar el trabajo «de una autora y creadora cuya contribución literaria y artística nos parece esencial», como declaró el embajador de Francia.
Gracias a todos los teatros franceses que le abrieron sus puertas a una sombra. Intentaré devolver el valor de este reconocimiento redoblando el amor, el trabajo y el sacrificio, tres actos de fe sin los cuales no existiría la misa escénica. Y puesto que entregar la vida es entregar muy poco, le entregaré a Francia mis cenizas, que es la materia de la que está hecho el arte oscuro de los herejes. Si hubiese una hoguera para mí, quiero ser Juana.
Residencia de Francia en Madri